jueves, 16 de diciembre de 2010

Cicatrices

Y bien, ¿donde pongo mi cadena?
¿Sobre la mesa mientras bebo la última?
¿Porque hay tanto extraño?
dejen presentarme:
Soy El Dandy encadenado y me se unos versos:
Cuelga un ángel
del octavo piso
parece un pañuelo
nadie se atreve a moverlo
Su muerta es nuestra
su ropa íntima
su salario
Sonríe su cuerpo
sus brazos carcajean
sus alas se despluman
de la risa
Ayúdenme a bajarlo
Yo quiero su cadena
Compro la cadena
que lo ha ahorcado
Y bien ¿donde pongo mi cadena?
Dejen presentarme:
Soy El Dandy encadenado...

José Cruz, Vocalista de Real de Catorce

Contraley

En una hoguera mi poema,
la noche sentada en la basura
se calienta los nudillos
la luna es su diente flojo, su perra mansa,
la luz triste del borracho;
te vi enloquecer por mis palabras,
siento la culpa de los videntes,
te entregaste por un
poema que nació
en un burdel de la obrera
a las cinco sin clemencia;
bajo las aspas de un
ventilador lastimado,
junto a la foto del Papa-
abuelo de los católicos, de boca de los ángeles
patriotas que me apuraron,
caíste antes de comértelo a leídas...
ni mi rostro te sabías mucho
menos mi espíritu.
ya vivías a contraley, a moretones, a cinturonazos,
ya eras rebelde desde entonces
y cargabas tu libreta llena de rabia, de pedazos de tu
vida en el auto-exilio;
tenías enemigos que hoy encanecieron y se oxidaron con sus sermones
tenías prisa en morirte de fiebre, en quitarte lo virgen de encima
y me inventaste para conocernos en la calle obscura...
en la hora prohibida.

José Cruz, Vocalista de Real de Catorce

Voces interiores

Cada quien esconde una mentira, la mastica entre los dientes
Corre disimula y en un puño lleva sangre de otras almas.
Ayer intenté evitar mi reflejo en el espejo, inútil evasión
como el escape furtivo de la amante a la que mas se teme.
Descubrí que las calles no se hicieron para huir.
Nadie se dirige a un punto específico, inconscientemente
se concreta el alejamiento de si mismo
nadie llega limpio a la era del encuentro y la compasión:
¿Seres divinos confundidos?
Cada quien se habita de voces, voces interiores de un manantial
vivo, temporal.
Voces de la depresión, voces de la serenidad, voces de la reflexión.
Voces de la felicidad resonantes en el templo del ser.
Cada quien cosecha a su gusto sus frutos:
Amargos como la adrenalina...
Dulces como la miel de un higo.

José Cruz, Vocalista de Real de Catorce